Puede que este titular suene un poco catastrófico, pero lejos de querer crear alarma, lo cierto es que es una realidad. Como dice el anuncio de TV, somos unos eternos becarios tecnológicos y constantemente tenemos que adaptarnos a una tecnología que cambia y evoluciona tan rápido que lo que vale hoy ya no vale dentro de un año. Adaptarse o morir. Ya nada es para siempre.

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Todos nos tenemos que adaptar a un continuo cambio profesional, a un cambio de maneras de consumir y de formas de llegar a los clientes potenciales, y cuanto antes nos demos cuenta y nos lo tomemos con filosofía mejor que mejor.

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En mi caso, como diseñadora gráfica y web, lo vivo bien de cerca año tras año. Todo cambia tan rápido, el marketing evoluciona tanto en pocos meses, que un día estás en la cresta de la ola y al siguiente te has quedado obsoleto. No te puedes dormir en los laureles!!! Por eso, cada vez que un cliente me dice: yo es que ya invertí mucho dinero en una web hace 7 años, yo no sé cómo explicarle que la web de hace 7 años se ha quedado anticuada, poco funcional, carente de diseño y que está infrautilizando infinidad de herramientas de marketing que permiten las nuevas webs. Tengo que explicarles que invertir en un web no se hace en un momento puntual y ya está, si no que hay que seguir invirtiendo mes a mes, en el blog, en nuevos contenidos, en mejoras, actualizaciones y un infinito etcétera. Y es que, en el mundo online en el que vivimos, ya nada es para siempre.

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Así que, si quieres emprender y montar un negocio online, lo primero que debes de saber es que no puedes parar de evolucionar nunca, que tienes que estar mejorando tu presencia online continuamente y no aferrarte a la web de hace 7 años porque lo más probable es que cada 3 años máximo tengas que adaptarla a los cambios, mejorarla y actualizarla.

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Las webs y tiendas online deben de estar vivas para funcionar, tu negocio debe crecer y evolucionar contigo o alguien te adelantará por la izquierda y te dejara atrás.

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Una vez aceptas esta constante evolución y dejas de aferrarte a lo que ya tienes, el camino es mucho más sencillo y gratificante. Debes de disfrutar con los cambios, aprender siempre cosas nuevas, tener la mente abierta y sobretodo no agobiarte cuando alguna novedad no encaje en tus esquemas, sabiendo que más pronto que tarde se quedará anticuada y vendrá otra novedad más nueva 😉