En mi generación y en muchas otras se nos ha inculcado de alguna manera que una cosa son tus hobbies y otra la forma en que te ganas la vida. Cuantas veces habréis escuchado a padres decir cosas como: sí, pintar es muy divertido pero de eso no se vive, tienes que estudiar una carrera con salida, ser abogado, médico o ingeniero. ¿Os suena?, estoy segura de que a muchos sí.

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A algunos os habrá pasado en primera persona y otros lo habréis visto a través de gente cercana, pero seguro que a todos os resulta familiar este comentario. Los padres lo harían con todo su amor, esperando que sus hijos tuviesen un buen futuro, pero una cosa es la intención y otra cosa es la realidad, ya que de alguna manera censuraban los sueños y dones de sus hijos.

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Cuando creces y te haces adulto, tiendes a olvidar esos hobbies que tenías de niño/adolescente, esas cosas que se te daban mejor que a los demás, con las que se te pasaban las horas volando y con las que te sentías enormemente feliz.

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Pero un día, de repente retomas ese hobby, vuelves a empezar a hacer aquello que realmente te gusta y te llena y te preguntas si podrías vivir de ello.

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Recuerdo una ponencia de un conocido guionista español a la que asistí en la universidad. El hombre tenía ya más de 70 años y llevaba toda la vida escribiendo, pero tal y como nos dijo, él no había “trabajado” nunca, porque había hecho siempre lo que le gustaba. Recuerdo que esta reflexión se me quedó grabada y quizá forma parte de mi decisión personal de dedicarme a lo que realmente me gusta y no necesariamente a lo que más salida tiene, más estabilidad económica me da o más seguridad a largo plazo.

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Hoy en día, además, tenemos infinitas posibilidades gracias al mundo online. Hace unos años si querías montarte tu propio negocio tenías que alquilar un local, hacer una gran inversión, correr muchos más riesgos. Pero hoy en día puedes montar tu negocio online, con poca inversión y menos riesgo, ir creando tu propia tienda online, poco a poco, compaginándolo incluso con tu trabajo y haciéndola crecer hasta que puedas dedicarte plenamente a ello.

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No hace falta inventar Facebook o Uber, ni ser el primero en hacer algo. Lo que hace falta es tener claro que es lo que quieres hacer, cuál es tu pasión y aquello que te encanta, luego planificar bien tu idea de negocio y ponerte a trabajar, ser constante e ir pasito a pasito. Hoy día puedes triunfar con tu tienda online de bufandas de ganchillo si es lo que te gusta y te apasiona, debes darle tu toque personal, diferenciarte de otros negocios similares que ya existan en la red, darte a conocer, trabajar y hacer un buen marketing, el resto es cuestión de tiempo.

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Es cierto que muchas personas pensarán que sus hobbies no se pueden convertir en un negocio, pero desde mi profesión os digo que no es así, siempre hay una forma de hacerlo, más sencilla o más compleja pero siempre la hay. Las opciones están ahí para los valientes, porque quien alguna vez nos dijo que nuestro hobby no servía para ganarse la vida, se equivocó. Ahora más que nunca tú y solo tú decides cómo quieres vivir y a qué quieres dedicar tu tiempo el resto de tu vida.

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A los que ya habéis dado el paso o habéis empezado ese camino, ya conocéis la satisfacción tan grande que supone ir creando poco a poco tu propio negocio, haciendo lo que te gusta, levantándote cada día con ilusión para trabajar pero sin “trabajar” como decía el guionista. Y es que la vida es muy corta para dedicarte a algo que no te gusta.

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Así que, convierte tu hobby en tu modo de vida, crea tu propia tienda online y con mucha constancia y algo de cabezonería seguro que consigues cosas que nunca imaginaste.

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