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Y tú, ¿qué harías si te dijeran que te queda un año de vida?

Muchas veces a lo largo de mi vida, cuando me he encontrado en una situación de indecisión y de no saber qué hacer con mi vida y qué camino tomar, me he planteado: y tú, ¿qué harías si te dijeran que te queda un año de vida?. Y es en ese momento, cuando me planteo esta pregunta, cuando empiezo a ver las cosas claras. A algunos os sonará raro, lo sé, pero os invito a que probéis en vuestra próxima crisis de indecisión y veréis lo efectivo que puede llegar a ser.

Y es que tendemos a vivir sacrificando el presente pensando en que ya disfrutaremos en el futuro. Estoy de acuerdo en que hay que sembrar para luego recoger los frutos en el futuro, sembrar y sembrar, pero también disfrutar de lo que siembras, recorrer el camino con el máximo nivel de alegría y satisfacción con tu vida.

Muchos estaréis pensando, ¿a qué viene este ataque filosófico de la vida?, pues muy fácil, vale para todas aquellas personas que como yo, en algún momento de sus vidas han decidido dejar atrás la comodidad de la certidumbre que les hacía mediocremente felices, para arriesgarse por la alocada incertidumbre que les colma de felicidad. Y es que, cada vez que tengo un mal día o un mal mes, cada vez que se me pasa por la cabeza si he tomado la decisión acertada, si estoy en el camino adecuado, me planteo, si supiese que voy a morir dentro de un año, ¿seguiría llevando la vida que llevo ahora?. Y la respuesta es siempre un SI rotundo, ahora puedo decir sí seguiría llevando esta vida.

No os vayáis a pensar que la respuesta es algo definitivo, cada vez que pienso en ello corrijo un poco la respuesta. Algo así como, sí pero trabajaría menos horas, quedaría más con mis amigos y no me preocuparía por ahorrar nada. Tiraría la casa por la ventana!!! Luego pienso en que tengo una hipoteca a 30 años y se me pasa la euforia del momento.

Pero lo importante es no tener ese sentimiento con el he convivido durante años, ese sentimiento de que, si me dijeran que me queda un año de vida, iría a mi empresa, me despediría y saldría corriendo sin mirar atrás. Incluso no iría ni a despedirme, para qué?. Dejaría de hacer todo lo que hago para hacer otras cosas, viajar, hacer deporte, dar largos paseos con mis perros, tumbarme en el sofá cualquier tarde entre semana para ver una película con mi chico, vivir sin planificar nada… en definitiva, disfrutar del ahora, el momento presente.

Y tú, ¿qué harías si te dijesen que te queda un año de vida?

Así es como me he sentido durante mucho tiempo y es ese mismo pensamiento el que me hizo un día cambiar el chip y pensar, Ana, este no es el camino. El camino a la felicidad no puede ser un camino de insatisfacción profesional y desgana. Debe de ser un camino plagado de retos, emociones, sueños cumplidos, momentos felices y piedras en el camino que supere con más optimismo si cabe. Porque cuando llevas una vida gris y sin sentido y te encuentras una piedra en el camino te parece insalvable.

Un día como otro cualquiera llegué a la oficina y pensé, Ana, ¿es esto lo que quieres hacer el resto de tu vida?, si te dijeran que te queda un año de vida, ¿vendrías mañana a trabajar?, llenarías las horas de tus días con esto que estás haciendo ahora. Y la respuesta fue un NO rotundo. Pensé en todas las cosas que haría si me dijesen que me quedaba un año de vida y decidí convertir mi vida en esa vida, vivir el día a día como si no fuese a jubilarme a los 65 y disfrutar de la vida después, con la certeza de que si realmente me muero dentro de un año no voy a sentir que he desperdiciado mi vida sin cumplir mis sueños.

Y este discurso filosófico es para todas aquellas personas que me preguntan, oye, y eso de emprender, ¿no es muy arriesgado?, ¿y si luego no te va bien?, ¿y si no tienes clientes?… Y yo les digo con toda la convicción del mundo, y tú, ¿eres feliz con tu trabajo y tu vida actual?, si te quedase un año de vida, ¿cambiarías algo de lo qué tienes ahora?, ¿no te parece muy arriesgado vivir pensando en disfrutar a los 65 cuando te jubiles?.

No se trata de que emprender sea la panacea ni el camino que todo profesional con vocación debe de tomar, en absoluto. Se trata de escoger tu propio camino sin pensar en sacrificarte ahora para disfrutar más adelante, se trata de llevar la vida que te hace feliz ahora y que seguirías llevando si solo te quedase un año de vida. Si esa vida es emprender, trabajar vendiendo globos en el parque o haciendo ganchillo, eso es lo que debes averiguar.

Así que, cada vez que te sientas encerrado en una jaula, que pienses que tu vida no te gusta o que no te hace feliz, plantéate esta pregunta y analiza bien tu respuesta, porque ese es el camino que deberás seguir. Os lo dice una indecisa acérrima.

 

Y si estás pensando en emprender y darle un giro a tu vida, este Ebook te va a venir fenomenal para tener más clara tu idea y poner el foto en lo importante. Y además, es GRATIS!!!

Ana Miralles
anamiralles@miradacreativa.es

Mi nombre es Ana Miralles Rubert y soy diseñadora por vocación, emprendedora y fundadora de Mirada Creativa.

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