Cada vez hay más personas que deciden emprender y dar un giro a su vida.

Algunas son personas jóvenes que tras acabar sus estudios prefieren emprender con un negocio propio que trabajar en una empresa. No suelen tener ataduras económicas ni familiares y, en parte, por esa razón, asumen más riesgos y tienen menos miedo a equivocarse.

Otras son personas de entre 30 y 50 años que llevan años trabajando para una o varias empresas pero que quieren un cambio en su vida. Quieren ser sus propios jefes, no tener horarios rígidos, dedicarse a su pasión, vender sus propios productos o servicios y, en definitiva, vivir la vida que quieren y que hasta ese momento no se habían atrevido. En este rango de edad suelen tener cargas económicas y/o familiares, por lo que, aunque tengan más experiencia profesional y posiblemente un colchón para 1 o 2 años, el miedo a que les vaya mal o a equivocarse es mayor.

Tanto si eres del grupo de 20-30 años como si perteneces al de 30-50 años, te recomiendo que antes de emprender te plantees estas 7 claves que te ayudarán a ver con más claridad qué camino quieres seguir como emprendedor y cómo convertir tu idea de negocio en una forma de vida.

1. Puede parecer obvio, pero conocerse a uno mismo es un proceso que dura toda la vida. Muchas veces no dedicamos tiempo a pararnos a pensar en quienes somos, qué queremos de verdad, con qué nos sentimos cómodos… Tendemos a vernos a nosotros mismos en base a lo que los demás esperan de nosotros. Así que, te planteo un ejercicio de introspección. ¿Cómo te sientes en este momento de tu vida?, ¿qué te mueve a emprender?, ¿cual es la vida a la que aspiras?, ¿qué cosas quieres cambiar o mejorar de tu vida actual? Cuando hagas este ejercicio e identifiques cuales son tus mayores miedos, te animo que hagas el ejercicio de soltarlos, desprenderte de ellos y no dejar que condicionen las múltiples decisiones que has de tomar como emprendedor una vez inicies tu proyecto.

2. Propósito y atributo diferenciador. Cuál es tu propósito como emprendedor. Qué te diferencia de los demás. Son dos de las claves que te pueden ayudar y mucho a conseguir el éxito en tu proyecto. Parecen cosas obvias, pero no lo son tanto. ¿Qué quieres aportar al mundo y qué vas a aportar a tus clientes, a tu comunidad? Ese propósito, ese “para qué” y eso que te hace diferente, es lo que va a definir tus objetivos. Cuando respondas a estas preguntas tendrás más claro como darle forma a tu proyecto de una manera más concreta y directa hacia tus. Objetivos.

3. Cliente ideal. ¿Cual es tu cliente ideal?, cómo se llama, dónde vive, cuales son sus intereses, qué le atrae de tu proyecto, cómo conectas con él. Define a tu cliente ideal como si de un personaje de una serie se tratase. Ponle nombre, vístele, crea su identidad por completo. Así sabrás a quien te diriges cuando escribes contenido para tu web, para tu blog y redes sociales, cuando comuniques a través de tu marca. Tu cliente ideal ha de estar siempre presente.

4. Propuesta de valor. Ahora que ya sabes cual es tu propósito y tu atributo diferenciador y ya tienes definido a tu cliente ideal, llegó la hora de definir tu propuesta de valor. Y, ¿qué es tu propuesta de valor? Es aquello que ofreces a tu cliente ideal que le va a ayudar o hacer la vida más fácil y bonita. Es aquello que tu cliente necesita o quiere y que tú le puedes ofrecer mejor que nadie. ¿Qué tiene tu producto o servicio para ser lo que tu cliente ideal busca?, ¿Qué valor aportas a tu cliente ideal?, y lo más importante, ¿Cómo lo comunicas a través de tu contenido y comunicación?

5. Comunicación coherente. Comunicar desde la honestidad contigo mismo y desde la empatía con el cliente es algo que muchos emprendedores olvidan cegados por otros objetivos puramente económicos. Pero que, los que sí cuidan estos aspectos, son capaces de mantenerse en el tiempo con un posicionamiento estable y orgánico. Cuales son tus valores, tu esencia, tu identidad. Ser honesto contigo mismo y por ende con tus clientes te ayudará a ganar la confianza de tu comunidad e inspirar a otras personas. Así que, no te compares con nadie, se coherente contigo y conectarás con quien sea afín a ti y a tus valores. Practica siempre que puedas tu manera de comunicarte como marca.

6. Contenido consciente. No todos los negocios son iguales y por tanto no todos debemos basar la comunicación de nuestro proyecto en las mismas vías. No todos debemos basar nuestras ventas en las redes sociales o en las mismas redes sociales. El contenido de tu proyecto, así como la forma de comunicarlo, ha de ser único y hecho a tu medida y la de tu proyecto. Así que, cuando diseñes la estrategia de comunicación de tu negocio piensa en dónde está tu cliente ideal, con qué formas de comunicar te sientes más cómodo, cuánto tiempo vas a dedicar a la comunicación de tu empresa…

7. Planifica tu emprendimiento a 1 año, 3 años y 5 años vista. Estructura los hitos de más grandes a más pequeños y ordénalos cronológicamente y por orden de prioridad. Ve poco a poco, finalizando un hito detrás de otro de forma ordenada y constante. Delega o contrata las partes que menos te inspiren y más te cuesten. Y sobretodo, no tengas prisa, disfruta del camino y de cada pequeño paso. Emprender es una carrera de fondo, no existen fórmulas mágicas para el éxito. La constancia, el trabajo bien hecho, la ilusión y dedicación, seguro seguro que te llevan al lugar que realmente quieres.

Espero que estas claves te ayuden mucho en tu camino hacia el emprendimiento.

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