Si volviera a nacer, si empezara de nuevo, volvería a elegir la vida que tengo, o no?

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A menudo pensamos que es demasiado tarde para cambiar nuestras vidas, para cambiar de profesión y dedicarnos a otra cosa. Nos da miedo el cambio y el miedo nos paraliza. Así que justificamos esa parálisis con el razonamiento de que es demasiado tarde, que si fuésemos más jóvenes lo haríamos, pero ahora ya… Como si hubiese más de una vida por vivir.

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Yo siempre digo que no hay que gastar energía dándole vueltas a las cosas que no se pueden cambiar, es decir, el pasado. Pero sí en las cosas que se pueden modificar, y el futuro siempre se puede cambiar.

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Si cuando piensas en que si volvieses a empezar cambiarías tu vida, te dedicarías a otra cosa, plantearías tu vida de otra manera, vivirías en otro sitio… Quizá deberías simplemente plantearte cómo hacerlo sin preocuparte de tu edad. Porque nunca es demasiado tarde para vivir la vida que quieres. Y también porque lo que quieres con 20 años no es lo mismo que quieres con 30 o con 40. Y eso es normal.

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Nos han educado de manera que a los 18 decides la carrera que quieres hacer, como si a esa edad tuvieses la más mínima idea de la vida que quieres. Y que luego ya tienes que pasarte el resto de tu vida desempeñando la misma profesión, como algo inamovible.

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Y quien cambia de carrera o de profesión se presupone que ha fracasado en su primera decisión y por eso cambia. Y yo no estoy nada de acuerdo.

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Cada uno de nosotros evolucionamos, cambiamos nuestros gustos, prioridades, cambia nuestra vida y además aprendemos a vivirla. Por lo que lo más natural del mundo es que la vida que queremos también cambie.

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Quizá con 20 y con 30 aspirabas a ser una gran abogada en un importante bufete y ahora solo quieras tener un blog de macramé e irte a vivir a tu pueblo y tener una vida sencilla y casera. Y, ¿por que no? Ninguna vida es mejor que otra, lo que es mejor es sentir que estás viviendo la vida que quieres y no la que otros esperan de ti. Y eso es lo valiente pero también lo difícil.

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Yo a las 20 quería trabajar en el mundo del cine, que para eso había estudiado comunicación audiovisual. Pensaba que acabaría trabajando en grandes producciones diseñando decorados. A los 25 me di cuenta que ese mundo no me gustaba y tuve la oportunidad de cambiar al diseño gráfico y marketing, fue todo un descubrimiento para mi. Pero aún así, a los 25 quería trabajar en una gran compañía y hacer proyectos muy grandes, tener una oficina a la que acudir en el centro de la ciudad…

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Y eso me hizo feliz durante algunos años, hasta que mis prioridades cambiaron, y la búsqueda de libertad me llevo a fundar Mirada Creativa.

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Hoy en día, si volviera a nacer y empezara de nuevo posiblemente cambiaría muy poco de mi recorrido vital. Ya que cada una de las decisiones que he ido tomando me ha llevado a donde estoy ahora. Soy consciente que con 35 años aún me queda mucho camino por recorrer, y quien sabe, quizá acabe yéndome a un pueblo rural a vivir y me dedique a hacer ganchillo. Pero por ahora soy feliz con el tipo de vida que llevo. Me gusta mi trabajo, me gusta ser libre y no depender de una empresa y me gusta poder reducir o aumentar mi jornada de trabajo según mis necesidades.

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Aún así, raro es el mes en el que no me cuestiono aspectos de mi vida. Buscando siempre el equilibrio entre lo profesional y lo personal y reajustando todo a los cambios que se producen en mi vida.

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Con esto no te quiero vender que mi vida sea perfecta ni mucho menos. No existe una vida perfecta, sino que existen miles de millones de vidas perfectas, y cada uno de nosotros debe de buscar su propia “vida perfecta” en la que ser uno mismo y encontrarse en paz.

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Si eres de los que piensa que es demasiado tarde, te animo que borres esa idea de tu cabeza y te atrevas a soñar con la vida que quieres. Los cambios que necesitas hacer para llegar a ella te darán miedo, pero piensa, ¿verdaderamente no da más miedo llegar al final de nuestras vidas sin haberlo intentado?.

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